10 tareas del G77+China Para construir un mundo justo, hermanado y feliz en armonía con la Madre Tierra

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10 tareas del G77+China  Para construir un mundo justo, hermanado y feliz en armonía con la Madre Tierra

Hoy en día el mundo enfrenta una de las peores crisis de su historia que se manifiesta en una múltiple crisis financiera, energética, climática, alimentaria, institucional, y de un modelo de vida. Es la crisis del sistema mundial capitalista que ha pretendido construir un mundo donde el ser humano es superior a la Madre Tierra, convirtiendo a la naturaleza y a las personas en objeto de su despiadado dominio depredador.

Estamos viviendo una crisis financiera porque en los países del centro capitalista, el capital se encuentra concentrado la riqueza conformando élites enriquecidas y condenando a los pueblos a la pobreza y al hambre.

Estamos viviendo una crisis energética marcada por el consumo excesivo, dispendioso y contaminante de fuentes de energía fósil y el acaparamiento y control de estas fuentes por parte de transnacionales para satisfacer la demanda de los estándares de vida y alto consumismo de los países capitalistas del Norte.

Estamos viviendo una crisis climática que obedece a un modelo de desarrollo cuyos niveles de consumismo e industrialización han generado un exceso de emisiones de gases contaminantes provocando el calentamiento global y los  desastres naturales que afectan al mundo entero y particularmente a los pueblos del Sur.

Estamos viviendo una crisis alimentaria que es causada por la desertización y degradación de las áreas productivas de alimentos, los desequilibrios entre el campo y la ciudad, el monopolio en la comercialización de semillas, insumos agrícolas y productos alimentarios, la especulación en el precio de los alimentos, el consumismo y el derroche de alimentos.

En definitiva, estamos viviendo la crisis de un modelo de civilización donde las recetas del Fondo Monetario Internacional (FMI), el Banco Mundial y los organismos multilaterales ya no pueden resolver los problemas de esta crisis mundial. La eliminación de los derechos sociales y la privatización de los servicios básicos, expresados en recetas que incluyen disciplina fiscal, las privatizaciones, la restricción del gasto social,  la libre contratación y la disminución de los salarios, fueron en el pasado y continúan siendo las medidas preferidas por los promotores del neoliberalismo.

Vemos con profunda preocupación cómo, en medio de esta múltiple crisis del capitalismo, que se manifiesta como una  de las peores y más inhumanas, se plantean como soluciones más capitalismo, más mercantilismo con Estados débiles, más privatización, mas entrega de nuestros recursos naturales a la voracidad de las empresas transnacionales, mas tratados de libre comercio para facilitar el control del imperio sobre nuestros recursos naturales, mas sometimiento y control sobre nuestros gobiernos, mas privatización de la salud y la educación, y más destrucción de los derechos sociales.

Las condiciones de pobreza y hambre, así como el deterioro progresivo de los ecosistemas y del planeta, tienen como causa una larga historia de colonialismo depredador que hoy continúa con una nueva configuración de la economía mundial. Esta larga historia está basada en  la depredación de la naturaleza, en modelos mercantilistas que terminan reproduciendo y agigantando las crisis ambiental, social y económica.

La vigencia de una visión en la que lo económico y lo social han sido el centro del desarrollo, ha dejado como resultado un conjunto de efectos en cadena de carácter ambiental, una naturaleza contaminada, una huella ecológica que se acrecienta, un planeta que se calienta aceleradamente y que no puede ya sostener los niveles de consumo requeridos por la voracidad de la ganancia y el mercado.

Sin embargo, los tiempos de crisis son también tiempos de cambio, son tiempos de transformación del pensamiento y de las ideas para construir un mundo diferente. Los cambios necesarios nos exigen escuchar la voz de la conciencia de los pueblos y su espíritu crítico sobre las imposiciones del imperialismo y del colonialismo.

Estos también son los tiempos de los países del sur, de los países en vías de desarrollo, de los países pobres y menos desarrollados, los países vulnerables, los países de Asia, de África, de América Latina y el Caribe, de los Estados Insulares, países en desarrollo de Oceanía y de los llamados países emergentes, de todos aquellos que tenemos la responsabilidad de construir juntos solidaridad, complementariedad y apoyo mutuo en el Sur.

El Sur tiene ciertamente una creciente economía, importantes riquezas en recursos naturales, conocimientos y tecnologías, destrezas y habilidades, culturas y una gran diversidad de naciones y pueblos. Pero el Sur también es altamente vulnerable y sólo tendrá un porvenir venturoso si promueve un desarrollo en comunidad, con solidaridad, y no se deja devorar por la ambición y el control de poder de las grandes compañías transnacionales.

Todavía 1,3 billones de personas viven con menos de 1,25 dólares al día, es decir, se encuentran en condición de pobreza. La población pobre del mundo del Sur equivale a cuatro veces la población de Estados Unidos de Norteamérica y dos veces y media la población de Europa.

En términos absolutos, el número de personas viviendo en tugurios en América Latina y el Caribe subió de 105 millones en 1990 a 110,8 millones en 2010. A nivel global, la población viviendo en tugurios se incrementó de 650 millones de personas en 1990 a 863 millones en 2010. La pobreza, el hambre y la precariedad de la vivienda van de la mano.

Los países del Sur estamos viviendo un tiempo donde somos parte creativa de la historia, una historia que tiene que consolidar la revolución permanente del Sur que nos libere definitivamente de las garras de los imperios y de sus intereses económicos. El G77+China es, en nuestra opinión, uno de los principales actores de cambio en este momento histórico.

Los pobres del mundo y los excluidos nos exigen cumplir este nuestro rol con la historia. Tenemos un gran mandato que cumplir por ellos y por toda la humanidad. La misión del G77+China es el de consolidar un mandato que emerge de la visión de los pueblos del mundo por el planeta y sobre esta base avanzar en propuestas más profundas de nuestros pueblos. Las bases sobre las que debemos avanzar ya las hemos planteado hace más de 20 años, en el año 1992 en la Conferencia de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, en Rio de Janeiro; en ese momento, nos hemos propuesto construir un mundo basado en un conjunto de principios. Entre ellos debemos enfatizar hoy los siguientes:

•    Los seres humanos tenemos derecho a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza.•    Los Estados tenemos el derecho soberano de aprovechar nuestros propios recursos según nuestras propias políticas ambientales y de desarrollo, y velar para que estas actividades no causen daños al medio ambiente.•    Los Estados deben cooperar con espíritu de solidaridad mundial para conservar, proteger y restablecer la salud y la integridad del ecosistema de la Tierra. En vista de que han contribuido en distinta medida a la degradación del medio ambiente mundial, los Estados tienen responsabilidades comunes pero diferenciadas.•    Tenemos nuestro derecho al desarrollo que debe responder equitativamente a las necesidades de desarrollo y ambientales de las generaciones presentes y futuras.•    A fin de alcanzar el desarrollo sostenible, la protección del medio ambiente deberá constituirse en parte integrante del proceso de desarrollo y no podrá considerarse en forma aislada.•    Todos los Estados y todas las personas deberán cooperar en la tarea esencial de erradicar la pobreza como requisito indispensable del desarrollo sostenible, a fin de reducir las disparidades en los niveles de vida y responder mejor a las necesidades de la mayoría de los pueblos del mundo.

Estos mismos principios han sido ratificados en la Conferencia de Desarrollo Sostenible de Rio+20 en el año 2012, y han sido incorporados en el Documento “El futuro que queremos”. Precisamente, el párrafo 4 de dicho documento establece la necesidad de erradicar la pobreza, la modificación de las modalidades insostenibles y la promoción de modalidades sostenibles de producción y consumo, y la protección y ordenamiento de la base de recursos naturales del desarrollo económico y social, y que facilite al mismo tiempo la conservación, la regeneración, el restablecimiento y la resiliencia de los ecosistemas frente a los problemas nuevos y emergentes como los objetivos generales y requisitos indispensables del desarrollo sostenible.

Tenemos que seguir trabajando sobre la base de estos principios mutuamente acordados por los países en Naciones Unidas y mejorarlos sobre la base de las Conclusiones de la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre los Derechos de la Madre Tierra y el Cambio Climático realizado en Tiquipaya, Bolivia el año 2010.

No debemos ceder ni un milímetro en el derecho que tenemos todos los países para que estas decisiones que acordamos en los documentos se conviertan en realidad. Tenemos que insistir para que verdaderamente materialicemos estas conquistas que logramos en las negociaciones multilaterales de Naciones Unidas.

El G77+China tiene que ser en primer lugar el custodio de estas decisiones mutuamente acordadas entre países.

Algunos satélites políticos que expresan intereses económicos de transnacionales y proyectos de poder de imperios nos quieren someter a un modelo de mundo donde ellos decidan lo que nos conviene y nosotros acatemos lo que ellos han decidido. Por eso les incomoda los principios que hemos señalado, en particular el Derecho al Desarrollo y la armonía con la naturaleza.

Para el G77+China el “derecho al desarrollo” tiene que constituirse en uno de los puntales para cuestionar la puesta en escena de un nuevo colonialismo mundial y para avanzar en la construcción de una sociedad justa, equitativa y solidaria en el mundo entero. El reto del G77+China es construir un mundo sin imperios y sin colonialismo.

Tenemos que eliminar las herencias coloniales en nuestros países donde se ha negado las identidades culturales, nuestros conocimientos, nuestros alimentos y medicinas, nuestras prácticas y tecnologías. Por ejemplo, no entendemos como en el mundo los grupos de poder han criminalizado la producción y el consumo de la sagrada hoja de coca que es uno de los alimentos y medicinas milenarias de nuestros pueblos.

La visión del G77+China no puede ser la visión del desarrollo basado en los mercados  y la ganancia privada con un énfasis meramente economicista. Tenemos que superar esta mirada del desarrollo y plantear efectivamente un cambio estructural en el mismo. Una transformación semejante no puede repetir los postulados de un desarrollo basado principalmente en promover nuestra inserción en mercados mundiales de rápido crecimiento, promover simplemente el fortalecimiento de la demanda agregada, la expansión de la producción, o la simple vinculación de procesos productivos con la tecnología.

El G77+China tiene el mandato, sobre la base de los acuerdos de Rio 1992 y Rio+20, de construir una nueva visión para la humanidad y el planeta, para los pobres, marginados, humillados, oprimidos y excluidos del mundo. El desarrollo, la sostenibilidad ambiental, la inclusión social y productiva deben plantearse en el contexto de un debate sobre visiones y modelos de desarrollo en el marco de un horizonte común. Tenemos que ponernos de acuerdo primero en cuál es el horizonte común de eso que llamamos desarrollo.

Nuestra mirada del desarrollo tiene que basarse en la materialización de derechos de los seres humanos y de la Madre Tierra. En esta mirada, también significa una profundización y generalización de la democracia, que no se extienda solamente al ámbito de las instituciones políticas sino que debe ser transversalizada a todos los ámbitos de la realidad y especialmente a aquellos que se refieren a la equitativa distribución de la riqueza, a la universalización de los servicios básicos y a la erradicación de la pobreza material, social y espiritual. Debe constituirse en el principio articulador y de cohesión de los Estados, lo que supone construir cotidianamente la complementariedad entre las culturas y civilizaciones diferentes.

Tenemos como Bolivia un sueño que queremos sea el sueño del G77+China. Soñamos desde Bolivia que ese horizonte común esté basado en una articulación entre el desarrollo sostenible, integral y holístico con el del Vivir Bien que nace de la visión de nuestros pueblos indígenas originarios y campesinos de todos los países del Sur. Es así que el Vivir Bien significa construir una visión para la humanidad y el planeta donde se respeten plenamente y de forma complementaria tres tipos de derechos:

1.    Los derechos fundamentales de los seres humanos, aquellos tanto de carácter  individual como colectivo,2.    El derecho al desarrollo (entendiéndose el desarrollo no como el vivir mejor o el progreso económico sino como el Vivir Bien sobre la base de un ser humano integral en armonía con la naturaleza y su entorno),3.    Los derechos de la Madre Tierra como sujeto colectivo de interés público.

No se puede separar un derecho de los otros ni analizar la realidad con una lectura parcial de éstos; por el contrario, el análisis de la realidad en cualquiera de sus facetas debe realizarse con una lectura articulada y complementaria de éstos derechos. Así, una mirada donde solamente se contemple el derecho de la Madre Tierra nos lleva a un proteccionismo obcecado y una mirada donde solamente se privilegian los derechos fundamentales de las personas nos podrá llevar a un desarrollismo ciego y destructivo. Es necesario un enfoque integral y holístico, donde además se privilegie un derecho todavía ignorado que es el derecho de la población a vivir en una sociedad justa equitativa y solidaria sin ninguna clase de pobreza ya sea material, social o espiritual.

Tenemos que comprender que la naturaleza, hermanos y hermanas, NO ES UNA COSA,  ES UN SER VIVO, ES PARTE DE NUESTRA MADRE TIERRA.

Soñamos desde Bolivia que el desarrollo sostenible esté siempre articulado a una visión más profunda que es la del “Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra”. Es a partir de este horizonte que debemos a empezar a diseñar un nuevo mundo, una nueva economía y nuevas sociedades. NO HABRÁ  POSIBILIDADES DE SOBREVIVENCIA PARA LA HUMANIDAD Y EL PLANETA SI NO HAY UNA MIRADA INTEGRADA Y HOLISTICA DE LA MADRE TIERRA Y EL VIVIR BIEN EN NUESTROS MODELOS DE DESARROLLO.

No estamos empezando de cero. El Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra ya ha sido adoptado en el párrafo 40 del documento el “Futuro que Queremos” de Rio+20, y se ha reconocido el día de la Madre Tierra en Naciones Unidas. Es decir, esto ya es parte estructural de las decisiones de Naciones Unidas.

Hermanos y hermanas, el derecho al desarrollo, los derechos humanos, sociales y colectivos así como los derechos de la Madre Tierra, integrados y complementarios, se expresan en el respeto a la diversidad de visiones y enfoques de modelos de desarrollo, sin imposiciones, sin exigencias paternalistas ni coloniales sin monarquías, oligarquías ni jerarquías. Las agendas del desarrollo integral y de la felicidad las tienen que definir nuestros pueblos.

La propuesta del nuevo horizonte civilizatorio del “Vivir Bien en armonía y equilibrio con la Madre Tierra”, es parte de un pensamiento plural que nace de las cosmovisiones de los pueblos indígenas del mundo. Nuestra propuesta tiene como fundamentos tres aspectos centrales:

1)    La transición del pensamiento antropocéntrico, donde en el centro está el ser humano, quién tiene el derecho de explotar y sobreexplotar a la naturaleza, a un pensamiento cosmocéntrico donde el ser humano y la naturaleza son iguales.

2)    La transición hacia el pensamiento del vivir bien tiene que realizarse en el marco de un proceso de lucha contra los fundamentos económicos y políticos del capitalismo y contra la expansión del mercado hacia las funciones de la naturaleza.

3)    La transición del pensamiento monocéntrico donde solamente existe una visión del mundo, un centro de autoridad, un modelo de desarrollo, un modelo económico dominante, se contrapone con la visión de un mundo policéntrico donde existen muchos centros de autoridad, muchos enfoques para alcanzar la felicidad de la gente.

NO PODEMOS HACER TEORIAS NI POLITICAS DE DESARROLLO SI NO ENTENDEMOS QUE EL OBJETIVO ULTIMO DE ESTAS ES LA FELICIDAD, LA COMPLEMENTARIEDAD, LA COMUNIDAD ENTRE LOS SERES HUMANOS Y DE ELLOS CON LA NATURALEZA.

Debemos plantearnos un cambio estructural, una TRANSFORMACION PROFUNDA DE LAS ESTRUCTRAS DE NUESTRAS SOCIEDADES. ESE ES EL RETO DE LA NUEVA HISTORIA QUE TENEMOS QUE ESCRIBIR QUE NO PUEDE SER OTRA QUE LA HISTORIA DE LA VIDA.

Permítannos, en este momento en que asumimos esta gran responsabilidad como es la presidencia del G77+China, plantearles con humildad pero con la fuerza de nuestras convicciones y el espíritu de nuestros pueblos, 10 TAREAS FUNDAMENTALES PARA EL G77+China. Les proponemos que las analicen y que consideren incluirlas en nuestras agendas nacionales e internacionales y en el debate de nuestros pueblos.

1.    CONSTRUIR UNA VISION DISTINTA DEL DESARROLLO, TRANSITANDO DEL PARADIGMA DEL DESARROLLO SOSTENIBLE A LA INCORPORACIÓN DEL VIVIR BIEN EN ARMONÍA Y EQUILIBRIO CON LA MADRE TIERRA EN NUESTRAS VISIONES Y ENFOQUES PARA LA HUMANIDAD Y EL PLANETA

Consideramos que la discusión internacional sobre temas de desarrollo sostenible, sostenibilidad ambiental, integración social y productiva debe respetar la visión holística e integral que tienen las poblaciones locales, las comunidades indígenas y campesinas en su relacionamiento diario con la naturaleza, con la producción y con el trabajo. El alcance del Vivir Bien desde la perspectiva de Bolivia tiene por lo menos tres importantes dimensiones que no pueden entenderse de forma independiente o aislada:

1)    Una dimensión de saberes donde planteamos el saber crecer, saber alimentarse, saber danzar, saber trabajar, saber comunicarse, saber soñar, saber escuchar y saber pensar.2)    Una dimensión de equilibrios y balances entre el ser humano en armonía con la Madre Tierra, donde el Vivir Bien representa el vivir bien con uno mismo, vivir bien con los demás en comunidad, y vivir bien en armonía y equilibrio con la naturaleza.3)    Una dimensión política y civilizatoria, donde el vivir bien es el modelo alternativo al capitalismo y a la modernidad, promoviendo y fortaleciendo sociedades plurales, descolonizando las culturas y los modelos de desarrollo, y respetando la  soberanía de los pueblos y los Estados.

No se puede pensar el futuro de la humanidad al margen de estas tres dimensiones. Esto quiere decir que el Vivir Bien implica una revolución moral, un retorno a los valores esenciales del ser humano; se trata de un proceso de construcción de equilibrios entre las personas y seres humanos y entre ellos con la naturaleza, promoviendo su manejo integral y sustentable, y finalmente es esencialmente un proceso de construcción de la propia agenda y del propio camino de los pueblos del Sur; nuestro propio horizonte de civilización desde el Sur que permitirá el fortalecimiento de nuestras propias identidades culturales.

2.    AMPLIAR Y FORTALECER LOS DERECHOS DE LAS PERSONAS, PUEBLOS Y DE LA MADRE TIERRA PARA SALVARNOS DEL CONSUMISMO DESENFRENADO Y DE LA EXPLOTACIÓN CAPITALISTA

Uno de los principales retos para el G77+China es avanzar en la solución de los problemas ambientales mundiales promoviendo el reconocimiento y ampliación de los derechos de las personas, pueblos y de la Madre Tierra, en el marco de una articulación de responsabilidades históricas de los países, las obligaciones de los Estados y los deberes de la sociedad y las personas.

EN ESTE SIGLO LA PRINCIPAL BATALLA INTERNACIONAL ES POR EL RECONOCIMIENTO DE LOS DERECHOS DE LA MADRE TIERRA, QUE ES ADEMÁS LA ÚNICA POSIBILIDAD PARA DETENER EL COLAPSO MUNDIAL QUE ESTÁ VINCULADO A LOS IMPACTOS DEL CAMBIO CLIMÁTICO Y A LA PÉRDIDA DE LA BIODIVERSIDAD NATURAL.

En el marco de la expansión de los derechos de las personas y de los pueblos tenemos también que avanzar en el reconocimiento universal de los derechos al agua y a los servicios básicos. Desde el G77+China tenemos que impulsar el reconocimiento y la realización efectiva del derecho humano al agua, que es aún más urgente en un contexto de cambio climático.

Hoy en día 3 billones de personas viven en áreas donde la demanda de agua excede a la oferta. Para el año 2030 la demanda de agua se habrá incrementado en 30%.  Por ello debemos fortalecer la gestión integral del agua. El agua es un derecho de todos los seres vivientes y de nuestra madre tierra y no puede ser objeto de privatización ni mercantilización

El desarrollo no puede verse solo como una desenfrenada carrera de generación de riqueza económica porque esto sólo contribuye a profundizar las brechas sociales  dentro de nuestros países y entre países y regiones del mundo. El desarrollo debe estar orientado a eliminar las brechas de riqueza material entre la población y a erradicar la pobreza espiritual expresada en el racismo, el individualismo, el egoísmo, la  discriminación, el machismo, el mercantilismo y a construir sociedades de armonía, paz, solidaridad y complementariedad.

3.    PROMOVER LA GESTION DEL CAMBIO CLIMATICO EN EL MARCO DE LAS RESPONSABILIDADES COMUNES PERO DIFERENCIADAS Y CON UNA POSICION DE UNIDAD DESDE LOS ESTADOS Y PUEBLOS DEL SUR

Las soluciones a la crisis climática deben tener como base el principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas donde los países del Norte tienen que asumir sus responsabilidades históricas con el cambio climático, así como la deuda climática que tienen con los países del Sur.

El calentamiento global se constituye en una de las principales desgracias para la humanidad y la Madre Tierra. Los países desarrollados no hacen sino esfuerzos por que los países del Sur olvidemos las responsabilidades que tienen ellos con el planeta y que seamos nosotros los que asumamos mayores compromisos de mitigación climática, pero que además lo hagamos en el marco de un modelo de mercados, donde el cambio climático se convierta en una oportunidad de negocios. Los famosos mercados de carbono, que hoy padecen la misma enfermedad del capitalismo, generada por la crisis financiera, no funcionan y no funcionarán para resolver la crisis climática en el mundo.

Los países en vías de desarrollo del Sur serán los más afectados por el cambio climático. Del total de costos económicos estimados por los impactos, entre un 75% y 80% serán cargados a los países en vías de desarrollo. Si persiste el incremento de temperatura y éste es superior a los 2 grados centígrados con respecto de la temperatura preindustrial, África y Asia podrían ver reducidos su PIB en más de 4%. Un incremento superior a los 2 grados centígrados implicaría perdidas de los glaciares de los Andes y del Himalaya y la subida del mar en más de un metro en el presente. Esto pondría bajo amenaza a más de 60 millones de personas, generaría pérdidas por más de 200 billones de dólares de activos en los países en vías de desarrollo y disminuiría la productividad agrícola, particularmente en los trópicos. Entre 100 y 400 millones de personas estarían en riesgo de padecer hambre y entre 1.000 y 2.000 millones de personas sufrirían por la insuficiencia de agua para la satisfacción de sus necesidades básicas.

En este marco, saludamos la creación del Mecanismo de Daños y Pérdidas en la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Asimismo, pedimos desde el  G77+China avanzar de forma contundente en la creación de mecanismos que no estén basados en los mercados de carbono y las funciones ambientales de la naturaleza sino en la complementariedad y solidaridad de los Estados con transferencia de financiamiento, tecnología y desarrollo de capacidades. Es así que tenemos que seguir impulsando, por ejemplo, la propuesta del Mecanismo Conjunto de Mitigación y Adaptación para el Manejo Integral y Sustentable de los Bosques.

Necesitamos una posición unida sobre cambio climático en el G77+China para salvar la salud y la integridad ambiental de la Madre Tierra en el marco del respeto a los objetivos, principios y provisiones de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático.

4.    DESARROLLAR LA CIENCIA Y LA TECNOLOGÍA PARA EL VIVIR BIEN CON TRANSFERENCIA TECNOLOGICA BASADA EN LA COMPLEMENTARIEDAD Y SOLIDARIDAD DE LOS ESTADOS Y PUEBLOS

Tenemos que lograr un acceso universal a la tecnología por la vía del intercambio tecnológico desarrollando acciones de transferencia tecnológica de los países del Norte al Sur y potenciando las relaciones Sur-Sur, fortaleciendo el acceso universal a la tecnología por la vía del intercambio tecnológico.

Seamos capaces de diseñar e implementar una Estrategia de Ciencia, Innovación y Tecnología como parte de un Mecanismo Sur-Sur, articulando aliados y socios del sur y fortaleciendo el G77+China. Esta estrategia debe incluir la constitución  de un Mecanismo Institucional de Desarrollo y Transferencia de Tecnología. Este Mecanismo debe jugar  un rol articulador de iniciativas en curso con respecto a innovación y tecnología desde los países del Sur. Asimismo, debe promover y coordinar procesos de formación académica de especialistas, técnicos y científicos de alta calificación que motoricen procesos de innovación y desarrollo tecnológico.

Desde el G77+China tenemos que consolidar la liberación del conocimiento y protección de los saberes de los pueblos con soberanía tecnológica, creando nuevas normas y tecnologías que respondan a nuestra visión cultural, y sobre la base de la ciencia libre, tecnologías libres, informática libre, y telecomunicaciones libres.

5.    TERMINAR CON LA COLONIZACIÓN DEL SABER Y EL CONOCIMIENTO Y FORTALECER LAS CIENCIAS Y SABERES ANCESTRALES, INDÍGENAS Y LOCALES COMO UNA CONTRIBUCION AL DESARROLLO SOSTENIBLE Y A LA ERRADICACION DE LA POBREZA

Es necesario que las ciencias y conocimientos indígenas sean valorados en igual medida que el conocimiento de las ciencias modernas y que se promueva un diálogo entre ellos. Este es un esfuerzo conjunto que tenemos que desarrollar en todas las negociaciones sobre cambio climático, diversidad biológica, educación, y otras.

Es importante fortalecer la diversidad de visiones, enfoques y sistemas de conocimientos que existen en el mundo, garantizando que la visión mercantilista de los servicios ecosistémicos no se imponga como un modelo único para la conservación y uso sustentable de la biodiversidad. Tenemos que promover un diálogo inter-científico entre ciencias occidentales, pueblos indígenas y poblaciones locales como una de las bases de la descolonización de las ciencias en el mundo.

6.    ERRADICAR EL HAMBRE EN LOS PAISES DEL SUR CONSOLIDANDO NUESTRA SOBERANIA ALIMENTARIA CON SEGURIDAD ALIMENTARIA Y ACCESO A LOS ALIMENTOS SANOS Y SALUDABLES PARA UNA SALUD DIGNA DE LOS PUEBLOS

El año 2008, el 15,5% de la población mundial padecía hambre, más de 850 millones de personas se encontraban desnutridas. 788 millones de hambrientos estaban en Asia y África subsahariana. Para el año 2011, el número de personas desnutridas trepó a casi mil millones de personas. Este incremento del hambre se debe sin duda a la llamada crisis financiera que no es más que la crisis del capitalismo. Si no hubiera habido esta crisis hoy habría 413 millones de personas víctimas del hambre menos en el mundo.

Una expresión del hambre se puede observar en el hecho que hoy en día un tercio de los niños del sur de Asia tiene un peso inferior al correspondiente a su edad. La crisis de precios de los alimentos empujó a condición de pobreza a 100 millones de personas en 2008, de las cuales 30 millones están en África. El cambio climático generará un proceso inflacionario en los precios de los alimentos, agravado por la escasez de ellos, la baja de la productividad y el decremento en los volúmenes de producción, entre otros factores.

Es un imperativo en el mundo erradicar el hambre y promover que se aplique y se ejerza plenamente del derecho humano a la alimentación, fortaleciendo la producción de alimentos con una participación protagónica de los pequeños productores y comunidades indígena originario campesinas, que preservan un conocimiento ancestral en lo que se refiere a la producción de alimentos sanos, saludables, ecológicos y orgánicos. Tenemos que romper con  los monopolios de la provisión de insumos agrícolas para garantizar la seguridad alimentaria con soberanía alimentaria. Es así que nuestro objetivo es garantizar seguridad alimentaria a partir de prácticas que fomenten la producción y el intercambio solidario.

Tenemos que fortalecer y promover la producción de alimentos nutritivos y medicinales descolonizando nuestra alimentación basados en nuestra identidad y cultura, y mejorando el derecho a la comunicación e información sobre los alimentos que consumismos. Por ejemplo, desde Bolivia soñamos con compartir con los países del Sur nuestros alimentos y medicinas como la quinua y la coca. Estos dos alimentos tienen el potencial para  ayudar a erradicar el hambre en el mundo, por lo que invitamos al G77+China a promover la hoja de coca como un aporte medicinal para el mundo entero.

7.    CONSTRUIR UNA NUEVA ARQUITECTURA FINANCIERA PARA LA COOPERACIÓN SUR-SUR SIN HEGEMONISMOS IMPERIALISTAS

En la crisis del capitalismo, la desregulación y la falta de gobierno financiero, ha permitido acrecentar el poder de los bancos. Los grandes conglomerados bancarios gobiernan la economía y lucran con el hambre y con la crisis. Esta crisis que hoy vivimos la provocó la ambición de lucro del poder financiero que  reina a expensas y con el beneplácito de poderes políticos subordinados a sus intereses.

Los grandes bancos debilitan nuestros sistemas financieros nacionales, allí donde los Estados son vulnerables y creen ilusamente que el crecimiento económico va de la mano del  liderazgo de la libertad bancaria, del libre mercado financiero y la libre inversión extranjera directa. Los grandes bancos generadores de esta crisis son estafadores y los pueblos somos sus víctimas.

Seamos capaces de construir y poner en funcionamiento una Nueva Arquitectura Económica – Financiera de la Integración y el Desarrollo Integral y Sustentable en Armonía con la Madre Tierra en el marco de un MECANISMO DE INTEGRACION SUR-SUR liderado por el G77+China. Promovamos el fortalecimiento de Bancos del Sur como instrumentos financieros orientados al desarrollo sustentable, al Vivir Bien y a la erradicación de la pobreza; promoviendo la implementación y articulación de fondos financieros, la creación de monedas regionales en el marco de la integración, la regulación soberana de las actividades financieras en el marco de acuerdos transfronterizos y regionales, y que pudieran generar inversiones virtuosas en proyectos que beneficien a los países del Sur.

Es importante desarrollar un mecanismo internacional de reestructuración de la deuda y solución integral y definitiva del problema de la deuda de los países del Sur que sea eficaz, equitativo, sostenible e independiente.

También debemos promover democratizar a las instituciones financieras como el FMI y el Banco Mundial, incluyendo la reconfiguración de las estructuras de gobierno con una mayor y mejor participación en sus estructuras de decisión de los países del Sur, hoy capturadas por las potencias imperiales.

8.    CONSTRUIR RELACIONES COMERCIALES JUSTAS, EQUITATIVAS Y DE COMPLEMENTARIEDAD A TRAVES DE UN COMERCIO JUSTO PARA EMPODERAR ECONOMICAMENTE A LOS POBRES, A LOS CAMPESINOS, INDIGENAS Y A LOS PEQUEÑOS PRODUCTORES

Tenemos que desarrollar e implementar iniciativas para promover en el marco de Naciones Unidas la construcción de relaciones comerciales, justas, equitativas y de complementariedad y no de intercambio desigual. Es imperioso construir canales y medios de comercialización de productos que beneficien el establecimiento de procesos de comercio justo entre los pequeños productores, y que incluyan el incremento y mejoramiento de la producción y transformación industrial, semi-industrial y artesanal de alimentos sanos y saludables, en particular de pequeños productores campesinos e indígenas, de micro y pequeñas empresas.

El comercio de alimentos y de productos no puede estar librado a la suerte de empresas transnacionales y corporaciones donde lo que importa es solamente el lucro y la ganancia. La existencia de un comercio justo es un derecho de todos los productores del mundo.

En este marco también debemos promover la agricultura sustentable de forma armónica con la naturaleza, apoyando prácticas que estimulen la diversificación de la producción y el manejo integral y sustentable de los bosques y sistemas de vida de la Madre Tierra.

9.    FORTALECER LA SOBERANÍA DE LOS ESTADOS SIN INTERVENCIONISMO, INGERENCIA Y ESPIONAJE

En el sistema mundial capitalista las corporaciones privadas, las entidades financieras y las transnacionales gobiernan sobre las decisiones económicas y políticas de los países, y donde pocas empresas o personas concentran los medios de producción acumulando cantidades incalculables de riqueza mientras que la mayoría de la población del mundo persiste en un nivel de sobrevivencia. En el sistema mundial capitalista los países ya no deciden sobre su propio destino.

Promovamos desde Naciones Unidas acciones para fortalecer el rol de los Estados como planificadores, promotores y articuladores de las diferentes formas de la economía plural con énfasis en el fortalecimiento de las fuerzas productivas comunitarias. Promovamos la nacionalización de las riquezas naturales para los pueblos y el fortalecimiento desde los Estados y pueblos de las políticas productivas, alimentarias y ambientales sin injerencia externa pero en un marco de complementariedad entre los Estados. Hagamos de la soberanía de los Estados una condición importante para el logro de una vida plena de las personas y de los pueblos. Por eso es que tenemos que reivindicar la soberanía, el control y la nacionalización de los recursos naturales como parte de lo que llamamos el principio del Derecho al Desarrollo.

Frente a la cultura del miedo y el terror, el G77+China tiene que promover la cultura de la vida, y frente a la cultura del espionaje y de la injerencia debemos promover el fortalecimiento de la soberanía de los pueblos. Tenemos que crear y consolidar estrategias que cuiden la soberanía de los países con gobiernos en procesos de cambio, progresistas, revolucionarios y de movimientos sociales del Sur y del mundo, para hacer frente a las diversas formas de intervencionismo y espionaje imperialista.

10.    PROFUNDIZAR LOS PROCESOS DEMOCRÁTICOS EN TODOS LOS ÁMBITOS SOBRE LA BASE DE LA DESCOLONIZACIÓN, LA INTERCULTURALIDAD Y LA FORMACIÓN DE UN SER HUMANO INTEGRAL, EN ELMARCO DE LA PAZ MUNDIAL Y LA SOLIDARIDAD DE LOS PUEBLOS

Promovamos desde Naciones Unidas la profundización de los procesos democráticos en todos los ámbitos, incluyendo los económicos, sociales y culturales, y en todas las relaciones humanas y sociales,  considerando también las relaciones de complementariedad entre hombres y mujeres.

Hagamos de la descolonización, la despatriarcalización, el diálogo de saberes y la interculturalidad los principales cimientos de un mundo nuevo con mujeres y hombres nuevos. Promovamos decisiones para construir un mundo justo, equitativo y solidario y que esté en contra de toda forma de discriminación y explotación de los seres humanos, incluyendo a las niñas y niños, adolescentes, adultos mayores y personas con discapacidad. Construyamos un mundo sin jerarquías, monarquías y oligarquías y de profundo hermanamiento entre las personas y los pueblos, un mundo donde se promueve el derecho a la vida, el respeto a los derechos de la Madre Tierra y la construcción de un ser humano integral.

Desde el G77+China tenemos que convocar a las potencias capitalistas a un desarme que garantice la paz mundial. Tenemos que emprender una lucha contra el armamentismo, contra el militarismo, contra la dictadura de las armas y el autoritarismo imperialista promoviendo el desarme de organismos y brazos armados del Imperio Norteamericano y de otros imperios, así como el desmantelamiento de la OTAN. Debemos concientizar y movilizar al mundo contra las guerras, contra las armas nucleares, las  bombas biológicas, la producción de armamentos, enemigas y destructoras de la humanidad y de la Madre Tierra.

Hermanos y hermanas, finalmente, es importante destacar que este año 2014 el G77+China cumple su 50 aniversario, el mismo que nos tiene que reavivar la visión antiimperialista y anticolonialista de los Estados, pueblos y movimientos sociales del Sur. Nuestro propio camino es posible.

Invitamos en esta oportunidad a los representantes de los gobiernos y pueblos a participar en un gran evento del G77+China donde recibirán el calor de las naciones y pueblos del Estado plurinacional de Bolivia para construir la agenda de un nuevo mundo.

Les invito a que nos alimentemos de la sabiduría milenaria de los pueblos indígenas y originarios, de los pueblos de todos los países del Sur, y empecemos a caminar un nuevo camino que nos conduzca a un mundo justo, donde el ser humano y la naturaleza, juntos  como parte de nuestra Madre Tierra vivamos hermanados y felices.

Jallalla pueblos del Sur¡¡¡Patria o muerte, venceremos¡¡¡