BOLIVIA RECHAZA INFORME DE LA JIFE SOBRE POSICIÓN BOLIVIANA ACERCA DEL ACULLICU DE COCA

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La Paz, 28 de febrero (MC).- El Gobierno boliviano rechazó hoy –enfáticamente- el informe de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) sobre la estrategia boliviana para despenalizar el acullicu de coca, fundamentado en una serie de juicios “sesgados” e “inaceptables”, derivados de la misión que cumplió el organismo en diciembre pasado en Bolivia.

Rechaza, asimismo, “las aseveraciones y opiniones equivocadas, en sentido de que Bolivia tiene la intención de socavar la integridad del sistema de fiscalización internacional de drogas”, contenidas en una nota que la Junta cursó a las autoridades bolivianas el 17 de febrero pasado. En dicha nota hace referencia a los resultados de la misión y a la posición boliviana de mantener su adhesión a la Convención sobre Estupefacientes, con objeción en torno a la tradicional y cultural masticación de la hoja de coca.

Según el informe, la JIFE “observa con pesar la estrategia del Gobierno boliviano”, orientada a despenalizar el acullicu de coca. De acuerdo con las declaraciones de su Presidente, Hamid Ghodse, la legislación boliviana (contenida en la Constitución Política del Estado Plurinacional) “contravienen los tratados de fiscalización internacional de drogas”.

Conocido el Informe de la Junta, la respuesta boliviana no tardó en llegar. En ésta, el canciller David Choquehuanca advierte que la misión de la JIFE, cuyo objetivo era analizar “las graves consecuencias para la fiscalización de las drogas, de la decisión política de Bolivia, “deja en claro los prejuicios con que aparentemente la misión llegó a nuestro país”.

El Estado Plurinacional “se vio obligado a presentar una reserva (no obstante su pertenencia a la Convención contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Sicotrópicas desde 1998, y a la Convención de Naciones Unidas desde 1971) a fin de conciliar sus obligaciones internacionales, resultantes de la Convención Única, con su nueva Constitución Política”, aclara la respuesta del jefe de la diplomacia, lamentando que la JIFE “no haya comprendido ni reflejado la voluntad del Gobierno de Bolivia de continuar siendo parte de la Convención de Naciones Unidas sobre Estupefacientes de 1961”, por lo que rechaza las descalificaciones contenidas en la nota recibida”.

La respuesta de Choquehuanca cuestiona que la Junta haya omitido las explicaciones del Presidente Evo Morales a la misión de la JIFE, “sobre las razones fundamentales que asisten a Bolivia, para proceder de conformidad a las disposiciones de la Convención”, razón por la que se cuestiona “el valor del diálogo con la JIFE, siendo que éste debería ser el objetivo principal de su actuación”.